Periodistas gastronómicos: cuando una pluma pone a un plato en el mapa
Un repaso al papel real de los periodistas gastronómicos en España, desde los grandes críticos hasta voces menos mediáticas como Txaber Allué o Garbancita, y cómo su trabajo sigue influyendo en la gastronomía local y nacional.
PERIODISMO GASTROTENDENCIAS
Basilio Corral
9/7/20252 min read
Periodistas gastronómicos: la voz que marca tendencias en lo local y lo nacional
En un mundo saturado de reseñas en Google, influencers de Instagram y vídeos de TikTok, los periodistas gastronómicos siguen teniendo un peso particular. No se trata solo de contar lo que se come, sino de dar contexto, criterio y relato a la gastronomía.
1. De cronistas a prescriptores
La prensa gastronómica en España ha sido históricamente un puente entre la cocina y el comensal. Críticos como Rafael García Santos (Lo Mejor de la Gastronomía) o José Carlos Capel (El País, Madrid Fusión) marcaron época. Hoy conviven con nuevas voces digitales como Pau Arenós (El Periódico), Cristina Jolonch (La Vanguardia) o Marta Fernández Guadaño (Gastroeconomy).
Pero también con cronistas menos mediáticos, aunque muy influyentes: Txaber Allué (El Cocinero Fiel), pionero en la divulgación culinaria en YouTube, o Garbancita (bloguera gastronómica de referencia en el norte de España), reconocida por su rigor y mirada crítica hacia la restauración y el producto.
2. La influencia en lo local
Visibilidad inmediata: un artículo en la prensa regional puede llenar un restaurante pequeño en cuestión de semanas.
Patrimonio gastronómico: rescatar recetas tradicionales, productos de temporada o productores olvidados tiene un impacto directo en la economía de la zona. Ejemplo: las crónicas de Jesús Terrés (Guía Hedonista) en Valencia han puesto en el mapa a proyectos modestos con gran autenticidad.
Creación de escena: la crítica y la difusión generan un efecto arrastre que consolida barrios gastronómicos, rutas de tapas o destinos culinarios.
3. La repercusión nacional
Premios y listas: periodistas como Julia Pérez Lozano (Gastroactitud) participan en jurados y rankings que definen qué restaurantes marcan el paso en España.
Agenda pública: un reportaje sobre sostenibilidad o desperdicio alimentario en medios nacionales abre debates que después llegan a instituciones y a la opinión pública.
El efecto halo: un local mencionado en un suplemento nacional no solo gana reservas, también prestigio ante proveedores, instituciones y clientes internacionales.
4. Nuevos retos para el periodismo gastronómico
La inmediatez de las redes: competir con la velocidad de Instagram o TikTok obliga a reinventarse sin perder rigor.
Transparencia y credibilidad: la frontera entre periodista, influencer y publicista se difumina; la credibilidad se gana solo con independencia y honestidad.
Escucha activa: ya no basta con hablar de los grandes chefs; hoy el público quiere leer sobre cafeterías de barrio, productores locales y propuestas sostenibles.
5. Nombres que hoy marcan agenda
José Carlos Capel (El País, Madrid Fusión).
Cristina Jolonch (La Vanguardia).
Pau Arenós (El Periódico).
Marta Fernández Guadaño (Gastroeconomy).
Julia Pérez Lozano (Gastroactitud).
Carlos Maribona (ABC).
Jesús Terrés (Guía Hedonista).
Pilar Salas (Agencia EFE).
Txaber Allué (El Cocinero Fiel).
Garbancita (bloguera y divulgadora gastronómica).
6. Conclusión
El periodismo gastronómico sigue siendo un motor de cambio. Su influencia real no siempre se mide en clics, sino en cómo transforma la percepción de un plato, de un chef o de un territorio. Cuando un periodista gastronómico escribe con criterio, puede elevar lo local al mapa nacional y lo nacional al radar internacional.
El periodismo gastronómico sigue siendo clave: visibilidad, credibilidad e influencia en la gastronomía local y nacional.